La historia ha demostrado que el ser humano, desde el inicio de los tiempos, siempre ha tenido un especial interés por las conquistas, el enfrentamiento y los territorios. Esto sin duda alguna ha sido el principal combustible del desarrollo de las armas, en conjunto con la necesidad de supervivencia y defensa ante peligros mayores. Es por ello que es el descubrimiento del metal supuso un gran avance para los tipos de espadas romanas y la armería en todo el mundo.

La historia ha demostrado que el ser humano, desde el inicio de los tiempos, siempre ha tenido un especial interés por las conquistas, el enfrentamiento y los territorios. Esto sin duda alguna ha sido el principal combustible del desarrollo de las armas, en conjunto con la necesidad de supervivencia y defensa ante peligros mayores. Es por ello que es el descubrimiento del metal supuso un gran avance para los tipos de espadas romanas y la armería en todo el mundo.

Con la creación del horno metalúrgico, la posibilidad de fundir minerales ofreció una manera más práctica y rentable que la piedra para crear armamentos. Se trata principalmente de un modelo portátil que ha evolucionado en forma y diseño a lo largo de los años: la espada. Por supuesto que los romanos no se quedaron atrás en esta tendencia, originando sus propios tipos de espadas romanas que han ido surgiendo a lo largo del tiempo.

El surgimiento de las espadas romanas y sus tipos

En las épocas de la República y el Imperio, los romanos utilizaban las espadas como principal método de defensa. Además de eso, también contaban con armas arrojadizas especiales y de corto alcance. En un principio usaban la espada griega de hoplita, pero esta luego fue reemplazada por la espada española; ya que esta última logró causar mucho terror entre los habitantes durante la Segunda Guerra de Púnica. A partir de ahí, fueron evolucionando.

La primera de los tipos de espadas que se emplearon en la Legión fue la espada Gladius. Esta también fue inspirada en los modelos hispanos, principalmente en la espada corta. Solo más adelante en la historia se desarrollaron las verdaderas espadas largas y que permitían mantener la distancia con el enemigo, la Spatha. A lo largo de la historia se fueron descubriendo cada vez más modelos, los cuales se nombraban a partir de lugar donde las encontraban.

Los tipos principales

Como ya mencionamos, la legión utilizó principalmente dos tipos de espadas romanas para sus batallas. Cada una tuvo un desarrollo constante y protagonismo en diferentes guerras y disputas romanas. 

La Gladius

La espada romana Gladius es de los tipos de espadas que se caracterizan por ser principalmente de corto alcance. Estas se usaban como armas de apuñalamiento porque su tamaño reducido las hacía rápidas y efectivas en enfrentamientos cuerpo a cuerpo. La estrategia que se empleaba con este tipo de espada era la de acercarse al enemigo y esperar que este atacara. En ese momento, se aprovechaba el escudo o la protección de la armadura propia para asestar un golpe letal.

La Spatha 

Este tipo de espada empezó a usarse durante la guerra de Galia, cuyo origen tiene varias teorías. La principal establece que la Spatha surgió de la evolución de las espadas célticas durante el periodo de La Tene III. Esta se utilizaba principalmente para la caballería, mientras que la Gladius era más común en infantería. Esta espada se caracterizaba por permitir el combate a distancia, empleada principalmente para atacar con el filo que con la punta.

Características de los tipos de espadas romanas

A pesar de que existieron muchos tipos de espadas romanas en el pasado, muchas de ellas compartían características propias de la cultura y el desarrollo de la legión de Roma. Lo principal que se puede estacar es que la mayoría de ellas eran con doble filo y con una sección lenticular, sin ningún tipo de acanaladuras ni adornos. Estas se llevaban principalmente en el lado derecho del cuerpo, colgadas de un tahalí de cuero. 

Asimismo, las espadas estaban fabricadas con diferentes tipos de materiales.  Algunos de estos incluyen aceros ricos en carbono, otros aceros bajos en carbono y con diferentes composiciones y combinación de materiales. Por lo general, las puntas de los tipos de espadas romanas estaban remachadas en un clavo decorativo.

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