Dentro del mundo de las espadas árabes, hay una gran variedad que se escapa al imaginario colectivo. Normalmente, asociamos esta tipología de arma a una forma concreta: hojas curvas y empuñadura con simbología islámica. Es decir, a la cimitarra, aunque la variedad  de espadas provenientes de oriente medio y el mundo musulmán es más amplia. En este artículo te hablamos de cuatro de las espadas árabes más famosas de la historia.

Tipos de espadas árabes

Como hemos dicho, la tipología de espadas árabes es más diversa de lo que uno puede pensar. Te detallamos las características y la historia detrás de la cimitarra, la jineta, la Kabila y el alfanje

Cimitarra

Sin duda se trata de la espada más emblemática que se asocia con el mundo árabe, aunque se cree que se empezó a fabricar en Persia (actual Irán) en el siglo XIII. Mas que una espada en concreto, el término, proveniente del italiano, hace referencia a una tipología: a los sables curvos que se popularizaron durante la Edad Media desde la India hasta el Magreb. Así, según el país de procedencia, adquieren un nombre determinado:

• Shamsir: de Persia.

• Kiliç: del imperio otomano.

• Saif: de origen árabe.

• Talwar: de la India.

• Nimcha: del Magreb.

Jineta

Se trata de una espada producida por los nazaríes, la última dinastía que gobernó Granada antes de la invasión por parte de los reinos cristianos. En cuanto a su forma, estamos hablando e una espada recta, con  doble filo con canal hasta la mitad de la misma. Además, podemos distinguir entre dos tipos de jinetas: la de armas (usada en el combate) y la de parada (decorativas).

Kabila

Se trata de un híbrido entre la jineta y la cimitarra. De la primera adopta la empuñadura, y de la segunda, la hoja. Tiene la apariencia similar a la gumia (una daga alargada también de origen árabe).

Alfanje

El término ‘alfanje’ viene de ‘al-janyar’, es decir, puñal en el dialecto del árabe que se hablaba en la península durante los años de la Reconquista. Pese a esta denominación, se trata de una sable corto, ya que los ejemplares que se conservan miden entre 70 cm y un metro. Se trata de un arma árabe pero con incorporaciones de las clásicas espadas medievales europeas, ya que se empleó en la península ibérica desde la Edad Media hasta el Renacimiento.

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