Las espadas roperas surgieron en España y su uso se popularizó en la época del Renacimiento, entre los siglos XV y XVIII. El origen de su nombre llama especialmente la atención, ya que surgió porque se usaban como complemento de la ropa de los caballeros de la época.

Las espadas roperas surgieron en España y su uso se popularizó en la época del Renacimiento, entre los siglos XV y XVIII. El origen de su nombre llama especialmente la atención, ya que surgió porque se usaban como complemento de la ropa de los caballeros de la época.

En sus inicios, el uso de la espada ropera se restringía a las altas esferas de la escala social como la familia real, los monarcas o los caballeros de órdenes militares como la de Alcántara. Sin embargo, con el paso del tiempo, gentes como intelectuales, burgueses o militares comenzaron a emplear la espada ropera en sus duelos.

Las espadas roperas eran usadas sobre todo para la defensa personal y los combates a duelo, bastante comunes durante esta época. Estos combates, en ocasiones se celebraban de forma espontánea en las calles y plazas de las localidades ante las atentas miradas de un público absorto.

Además, otra de las características más destacadas de las espadas roperas es que siempre iban acompañadas de una daga en consonancia con el diseño de la espada.

Características de las espadas roperas

Aunque en sus inicios la espada ropera tenía una hoja larga y ancha, a medida que avanzó el arte de la esgrima (pasando de la técnica del corte al estoque), su hoja evolucionó y se hizo más recta, estrecha y larga. De esta forma, las hojas llegaron a superar el metro de longitud y tenían un peso situado en torno a 1 kilogramo aproximadamente. 

El punto de apoyo de las espadas roperas se encontraba en torno a unos quince centímetros de la guarnición. No obstante, esto dependía del uso que le dieran a la espada, bien con intención de estocada o bien con intención de corte. Además, estas espadas se esgrimen a una sola mano y tienen una guarnición. Existen tres tipos de guarnición para estas espadas y son las que veremos a continuación:

Guarnición de lazo: se sitúa a finales del siglo XV y principios del siglo XVI, por lo que se considera la más antigua. Esta guarnición se conformaba por unos gavilanes estrechos y prolongados entrelazados entre sí.

Guarnición de concha: surgieron en España a principios del siglo XVII. Esta guarnición estaba conformada por placas de hierro que se ensamblan a la cruz de la espada ropera.

Guarnición de taza: contemporánea a la guarnición de concha, surgió la guarnición de taza o cazoleta. Su objetivo era intensificar la protección del guardamano. Para ello, se situaba una pieza de hierro o acero unida a los gavilanes, en forma semicírculo que protegía la mano del portador de la espada.

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