Los espadines fueron muy utilizados a finales del siglo XVII por la aristocracia francesa. El espadín diplomático, al igual que cualquier otro de esta misma categoría, proviene del espadín cortesano, cuyo uso se hacía en la Casa de Borbón durante el denominado ‘Siglo de las Luces’.

Otro de los productos que podrás encontrar del 8 al 12 de Octubre en la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha (FARCAMA) es el espadín de ceñir diplomático.

Los espadines fueron muy utilizados a finales del siglo XVII por la aristocracia francesa. El espadín diplomático, al igual que cualquier otro de esta misma categoría, proviene del espadín cortesano, cuyo uso se hacía en la Casa de Borbón durante el denominado ‘Siglo de las Luces’.

El linaje de los espadines como éste desciende directamente de la espada ropera. Por este motivo, en muchos de los espadines más antiguos pueden identificarse hojas modificadas de este tipo de espada. Fue alrededor del año 1680, cuando surgieron nuevos diseños que alejaban más a estas espadas de las roperas: hojas mucho más cortas, sin bordes filosos y con una punta aguda y más afilada.

Durante la ‘época dorada’ del espadín, concretamente a lo largo del siglo XVII, los duelos eran muy habituales en la ciudad de París y en muchos otros pueblos franceses.

Debido a esto, los espadines, con un diseño menos pesado y, por tanto, más ágiles que las espadas roperas, eran el arma perfecta para estos duelos.

Su decadencia llegó a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, cuando en los combates se empezaron a usar armas de fuego y el espadín se convirtió en un símbolo de rango militar imposible de esgrimir o desvainar.

En este contexto, cabe destacar que el espadín de ceñir diplomático evolucionó a la vez que este tipo de espadines de tipo militar, del que más adelante se aparta. 

Características del espadín de ceñir diplomático

El espadín de ceñir diplomático mide unos 84 centímetros, de los cuales 70 son únicamente de hoja y su peso ronda en torno a los 700 gramos. 

Cabe establecer dos tipos generales de espadines basando su diferencia en el hecho de

contar o no “con recazo”. En este caso, se trata de un espadín “sin recazo”. Su uso se generalizó sobre todo durante los últimos años del siglo XVIII y principios del siglo XIX, influenciando una producción en la que abundan los ejemplares de lujo extremo, con puños forrados con placas de nácar y guarniciones artísticamente cinceladas.

Las piezas metálicas de la empuñadura del espadín diplomático son de latón fundido, guardamano en aro, pomo esférico con perilla, gavilanes rectos y concha grabada. El puño es de madera de encina de Japón, salomónico y adornado con torzal y alambre de latón.

El grabado está hecho a mano por el maestro Juan José Morera y corresponde al escudo del rey Felipe VI. 

La hoja del espadín tiene bigotera en el “recazo” y baja con vena a doble filo hasta la punta. Además, tiene una funda  preparada para ceñir, de piel negra con herrajes en latón.

Este espadín está listo para ser usado por el cuerpo diplomático actual, que según sus vigentes ordenanzas, aprobadas por Real Decreto ley establece lo siguiente: «se portará un espadín que estará situado en el lado izquierdo de la cintura pendiente de un tahalí”.

Scroll al inicio